El invento del Acuario
Acuario, recipiente de agua, por lo
general con paredes de cristal, en el cual se introducen plantas y animales
acuáticos (sobre todo peces). Los acuarios pueden ser domésticos, con fines
decorativos; también hay acuarios científicos en las instituciones públicas y
en este caso se utilizan para la exhibición y el estudio de la vida acuática.
Los acuarios tratan de simular el
ambiente natural. Las plantas acuáticas aportan oxígeno, necesario para los
peces, aunque se suele emplear un dispositivo de aireación para suministrar una
mayor cantidad del mismo. El pez o carpín dorado puede vivir en agua fría, pero
muchos peces tropicales necesitan una temperatura constante de unos 22 ºC. El
agua puede mantenerse limpia y libre de algas con una buena oxigenación y
añadiendo moluscos al acuario. En el fondo del recipiente se coloca una capa de
arena o gravilla que sirve de sustrato a las raíces de las plantas que, como Vallisneria
spiralis, favorecen la eliminación de detritos. Los acuarios domésticos
poseen una gran variedad de tamaños, desde las pequeñas peceras de forma
redonda (para dos o tres pececillos), a otros de dimensiones enormes. Los
grandes acuarios se pueden mantener gracias a los sistemas de filtración
desarrollados durante la década de 1980.
El primer y más conocido acuario científico se
construyó en el Zoológico de Londres, en 1853, que se cerró poco después y
volvió a abrirse en 1924. Otros acuarios importantes de Europa fueron los de:
Plymouth en Inglaterra, París y Niza en Francia, Nápoles en Italia y Berlín en
Alemania. Todos, excepto el último, sobrevivieron a la II Guerra Mundial. En 1938
se abrió el acuario de Marineland en Florida (Estados Unidos), con una nueva
orientación arquitectónica. Desde entonces, muchos de los acuarios marinos se
localizan en el mismo océano, en bahías o en ríos y se caracterizan por ser un
espacio acotado del medio acuático. Los visitantes pueden ver los peces y otras
formas de vida debajo de la superficie del agua gracias a claraboyas y
portillas. Algunos acuarios utilizan este modelo con fines comerciales, y
combinan el aprendizaje con el entretenimiento al realizar exhibiciones de
animales adiestrados. Algunos defensores de los derechos de los animales elevan
su protesta por este tipo de prácticas con los animales marinos (véase Delfín).
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